Este 19 de octubre, el mundo vuelve a teñirse de rosa para recordar la importancia de la detección temprana y el acompañamiento en la lucha contra el cáncer de mama. Pero este año, la fecha tiene un valor especial: coincide con la celebración del Día de la Madre. Dos conmemoraciones distintas, unidas por un mismo mensaje de vida, amor y esperanza.
Porque si hay una imagen que representa la fortaleza y el amor incondicional, es la de las madres que enfrentaron el cáncer con coraje. Mujeres que atravesaron diagnósticos, tratamientos y temores, pero que nunca dejaron de cuidar, de estar, de luchar. Ellas son ejemplo de resiliencia y vida, símbolo de que la esperanza también se hereda.
La tarea de prevención y concientización tiene una historia sólida y sostenida en el tiempo, gracias al compromiso de LALCEC (Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer). Desde su sede local, ubicada en Arenales 359, la institución desarrolla durante todo el año campañas, charlas y controles gratuitos que permiten detectar de forma temprana distintas enfermedades oncológicas.
Cada mes de octubre, LALCEC renueva su campaña de prevención del cáncer de mama, invitando a las mujeres a realizar el Papanicolau (PAP) y la mamografía, recordando que la detección temprana salva vidas. Su trabajo es constante, silencioso y profundamente humano. Detrás de cada jornada de controles hay voluntarias que acompañan, orientan y contienen, sabiendo que un estudio a tiempo puede cambiar el curso de una vida.