El edificio, que comenzó a gestarse hace varios años y ahora está casi terminado para comenzar a funcionar, consiste en habilitar la sala de venta de la Asociación de Ferias Francas en el barrio 17 de agosto, y también la sala de elaboración de alimentos; una de las cinco que la provincia construyó en distintas localidades y que apunta a fortalecer la cadena de los pequeños productores frutihortícolas para impulsarlos a llegar a las góndolas. Estaría lista en unos 15 días.
Un salón de ventas al que solo le falta el revoque en algunas de sus paredes, una sala de capacitación y el área de elaboración de alimentos que ya está casi terminado para completar los requisitos de habilitación municipal y a nivel sanitario provincial, son parte de un anhelo que traen consigo los productores que integran las más de 20 ferias francas de la provincia, nucleados en la Asociación provincial, y que ahora- con respaldo del gobierno a través del Idercor y de la Municipalidad de Corrientes con el área de comercialización – entre en tiempo de descuento para su apertura.
“Hay un gran trabajo detrás de esto, un esfuerzo de los pequeños productores que respaldan distintas instituciones y el gobierno, que pretende confluir en un desafío más grande: consolidar la cadena, que es una premisa a la que apunta el gobernador Gustavo Valdés, la de llevar los procesos de industrialización a todas las escalas productivas”, explicó Vicente Picó, presidente del IderCor.
“Será entre 15 y 20 días”, estimó Antonia Báez, presidente de la Asociación, que en la actualidad nuclea a entre 18 y 20 familias en cada feria, presente en localidades como Esquina, Goya, Bella Vista, San Roque, Saladas, Empedrado, General Paz, Itatí, Ituzaingó, Paso de la Patria, ItáIbaté y Capital, entre varias más.
El espacio, ubicado en la esquina de las calles Turín y El Trébol, contará con un registro especial para la sala de elaboración que permitirá la comercialización de los productos elaborados allí, primero en el ámbito municipal y provincial. Y a futuro, aspiran a tener también habilitada la circulación nacional. La inauguración se espera para finales de agosto, una vez que se finalicen los trámites. Funcionará como un centro donde se podrán adquirir productos frescos, hortalizas, conservas, chacinados, plantas y artesanías. Además, se realizarán capacitaciones para los productores.
Pero el desafío trasciende al edificio. “El proyecto es aún más ambicioso: desde el inicio se planeó contar con cámaras de frio instaladas, para recibir y almacenar productos frescos incluso desde otras provincias. También contempla un lugar donde se podrán construir dormitorios, donde los feriantes que llegarán desde otras localidades puedan alojarse. Y también se reserva un área donde puedan descargar camiones”, describió Rodolfo Kutz, gerente del Instituto de Desarrollo Rural de Corrientes (IderCor), entidad gubernamental que respalda el proyecto.
Por ahora, la sala de ventas y la de elaboración de alimentos, será la primera etapa que comenzará a funcionar muy pronto. Y las autoridades, tanto de la Asociación de Ferias Francas como de IderCor y de la comuna capitalina, bregan por ultimar detalles para ese momento.
Saltar obstáculos
“La barrera principal de los pequeños productores para acceder a un mercado consumidor más grande en la cuestión formal. Necesitan dar ese saltito para poder salir de la feria y llevar los productos también a las góndolas, con inscripciones fiscales para poder facturar y vender a supermercados; y también las habilitaciones en los procesos de producción de alimentos y registro de productos. En eso se encuentran ahora”, detalló Picó.
Con la brecha en lo fiscal y lo sanitario más cerca de achicarse, todos los productores asociados de la provincia con las ferias francas y otras entidades vinculadas (como cooperativas de productores), podrán aprovechar las instalaciones para elaborar sus productos y también exhibirlos y comercializarlos. “La consigna es industrializar las distintas cadenas productivas, y queremos que este segmento entre en ese desarrollo. Por eso ya hicimos 5 salas de elaboración, ubicadas en San Luis del Palmar, San Cosme, Ituzaingó frente al Municipio, Virasoro con sala de exposición y venta y ahora ésta en Capital. El paso siguiente será la inscripción de los productores y la inscripción de los productos que quieren elaborar y vender”, describió el funcionario.
Al ser la Asociación de Ferias Francas una organización de segundo grado (es decir, que nuclea a otras entidades), podrán canalizar esas inscripciones. Y en el futuro, las conservas, dulces y otros productos elaborados por pequeños productores correntinos, podrán llegar también a otros puntos del país. “Conocemos bien cómo es el proceso para escalar desde emprendedor o pequeño productor a un mercado provincial y nacional, porque en el sector de pequeños productores ganaderos acumulamos unos 20 de años de experiencia y con resultados muy exitosos”, recordó Picó.
Remates o Rondas de Negocio
Entre 1000 y 1500 cabezas de ganado se venden en cada convocatoria que se realiza desde IderCor para los remates de pequeños productores ganaderos, en los cuales se obtienen entre 25% y 30% más de rentabilidad en comparación con la venta en el campo, además de la reducción de costos que implica el respaldo del gobierno para el traslado de la hacienda y algún porcentaje para las casas consignatarias que dinamizan los encuentros comerciales.
“Antes los pequeños ganaderos no venían a los remates. Ahora lo hacen en gran medida, porque los ayudamos a acomodar su situación fiscal, cuentan con certificaciones sanitarias, guías, vacunaciones. Y ampliaron considerablemente su mercado potencial. Queremos que ese mismo proceso se traslade al sector de los pequeños productores frutihortícolas”, señalaron los referentes de IderCor.
La experiencia ya está encaminada, luego de haber realizado varios remates de hortalizas y frutas en localidades como Tatacuá y Bella Vista. Ahora, ya existe la propuesta de realizar una experiencia similar en Capital, en el marco del evento de inauguración de la sala del 17 de agosto.
“Podría funcionar el sistema de ronda de negocios, ya que los productores prefieren la interacción directa con los compradores. De ese modo, tendrían escala tanto la comercialización en fresco, como lo elaborado”, explicaron. “los productores llevan sus cajones y vienen los acopiadores a cerrar el negocio con cada uno. Pero también pueden agruparse. Y en lugar de que existan 10 productores con 10 cajones cada uno de manera individual, se pueden ofrecer lotes, negociar mejores precios o acceder a compradores que buscan mayor volumen”, describieron.
Esa dinámica se probó, por ejemplo, en la cooperativa Tatacuá hace algunos años. Y la modalidad, por resultar exitosa, quedó instalada: ahora la continúan cada 15 o 20 días.
Además, desde la Asociación planean contar con nuevos productos que lleguen desde el interior cada 15 días.
Nuevas generaciones
“Trabajan por feria entre 18 y 20 familias en cada localidad. Y nucleamos a unas 22 ferias. Serán más de 400 familias con una oportunidad de fortalecer la cadena de pequeños productores”, apuntó Antonia Báez. “Soy segunda generación de pequeños productores, me alegra transitar el camino hacia garantizar la inocuidad de los productos. Al tener los registros, podremos concretar intercambios con otras ferias del país con las que ya tenemos vínculo, como Mendoza, La Rioja o la ciudad de Luján. También se va sumando gente joven, eso nos ilusiona porque es algo que no estaba pasando hace tiempo. Con nuevas oportunidades, será un futuro mejor para todos”, reflexionó.
Ventas por $330 millones en el Parque Mitre
El encuentro provincial que reúne a productores y feriantes de toda la provincia, realizada el fin de semana pasado en el Parque Mitre, dejó un balance positivo y una esperanza puesta en potenciar esta cadena a partir de la nueva sala del barrio 17 de agosto.
Silvio Batista, director de comercialización de la Capital, destacó que el evento arrojó indicadores positivos y estimó que la actividad contó con la presencia de 370 productores de distintas localidades correntinas y otras provincias.
“Hubo un promedio de venta estimado de $900.000 por puestero, lo que rondaría en un monto superior a los 330 millones de pesos en ventas”, evaluó. “Hubo viveristas que vendieron $1.200.000, horticultores en torno a $1.500.000, y los artesanos y emprendedores entre $600.000 y $800.000”, indicó.
Por otra parte, consideró la aceptación del público por los productos exhibidos, así como “el trabajo en conjunto de instituciones que apoyan a la Asociación de Ferias Francas. Así como la predisposición de los vecinos del barrio Aldana, a quien queremos agradecer porque han cedido el espacio de circulación en su barrio para favorecer la realización del evento”, sostuvo.
Esperan que esa dinámica se consolide a partir de contar con una sala de elaboración disponible en la ciudad.