Caso Loan: “En este caso hay una oscuridad muy densa que parece invadirlo todo” expresó monseñor Canecin
El obispo diocesano, monseñor Adolfo Ramón Canecin, participó en la noche del martes de la marcha y luego presidió una misa en la Iglesia Catedral, para pedir por la aparición de Loan y el esclarecimiento del caso. Acompañaron los sacerdotes Diego Villalba y Boris Escobar Sejas. El obispo destacó que “La Palabra de Dios no deja nada impune y no negocia con el mal”. Participaron María y José, el papá y la mamá del niño desaparecido junto a sus hermanos.
Con la presencia de los familiares de Loan, integrantes de la Red de Infancia Robada y del Instituto Santa Teresa de Jesús y la feligresía en general, el obispo acompañó a la familia durante la marcha que se inició en la plaza Mitre, frente al juzgado federal, y recorrió las calles céntricas de la ciudad para finalizar en el interior del templo catedralicio donde se celebraron la Santa Misa.
HOMILÍA DEL OBISPO
Monseñor Adolfo Canecin, comenzó la homilía señalando que “la Palabra de Dios es viva y eficaz, discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Qué lindo que la Palabra de Dios sea así y nosotros creemos en ella ´el cielo y la tierra pasarán y, las palabras del Señor nunca pasarán” dijo.
Recordó más adelante que “desde el trece de junio y los días posteriores, inspirado en la Palabra del Señor”, estuvo acompañando “con cartas, notas y mensajes, expresando algunas convicciones que brotan de la Palabra de Dios, ésta palabra que es viva, eficaz y discierne los pensamientos que vienen del corazón”.
“Necesitamos que esta Palabra que es viva y eficaz, discierne las intenciones de quienes se llevaron a Loan, necesitamos que esta Palabra saque a la luz y discierne los pensamientos. ¿Qué pensamientos? ¿Qué intenciones puede haber para semejante acontecimiento?” subrayó y preguntó el obispo.
Agregó: “La justicia que tiene su ritmo, su tiempo, que no es el nuestro, esperamos que saque a la luz. Pedimos que esta eficacia que tiene la Palabra de Dios asista a quienes administran justicia”.
“Señor te pedimos por Loan, lo queremos con vida, lo queremos saludar, junto a mamá María y a su papá José y a toda su familia, eso queremos Señor” expresó.
Dirigiéndose a los padres y hermanos de Loan, dijo: “Hermanos, Dios escucha el clamor de su Pueblo y nosotros quisiéramos la inmediatez de la respuesta. A veces el tiempo de Dios no es el nuestro, pero, en su tiempo Dios responde”.
“Dice el Señor ´cuando dos o más se reúnen, yo estoy en medio de ellos´ y si Dios está con nosotros, quién puede estar contra nuestro, esa certeza, en medio del dolor y de tantas situaciones tiene que poder darnos paz” puntualizó.
“A nosotros se nos escapó la historia de las manos, la de Loan y la de la nuestra, pero a Dios no se les escapa porque las manos de Dios son grandes, por eso, vamos a pedir que esta certeza que brota de la Palabra nos regale la paz”.
La Palabra de Dios dice ´pidan y se les dará´ y “hay algo que a mí me hace mucha ilusión ´nada hay oculto que no saldrá a la luz´, y en este caso hay una oscuridad muy densa que parece invadirlo todo y que quiere impedir intereses quizás muy grandes y entramados muy fuertes, pero la Palabra de Dios es más poderosa”.
“La Palabra de Dios no deja nada impune y no negocia con el mal” expresó monseñor Canecin.
Finalmente, en oración dijo “Señor nosotros creemos en tu Palabra y queremos que tu palabra se cumpla y saque a la luz la verdad” y animo a los presentes, “tenemos que rezar mucho, además de marchar. Tenemos que rezar y pedir para que Dios dé sabiduría y discernimiento, fortaleza, coraje, valentía y parresia a la jueza Cristina Pozzer Penzo, para que investigue hasta las últimas consecuencias, caiga quien caiga, sea quien fuere que está detrás de todo esto, solo Dios sabe, nosotros no lo sabemos”.
“Esta es la certeza que brota de la fe” y finalmente dijo “pido perdón, porque muchas veces no pude estar presente acompañándolos, por mi servicio de obispo, pero hoy puedo y esto a mí me anima y yo quiero que a ustedes los anime, esto nos da paz y nos hace tener fe y confianza, porque Dios escucha el clamor de su Pueblo y Él es nuestra paz”, concluyó. –