César Tófalo, vecino de Esquina, fue uno de los afortunados en presenciar el último superclásico entre Boca Juniors y River Plate, disputado en la Bombonera y que terminó con victoria para el Xeneize por 2 a 0. En diálogo con el programa radial, Tófalo compartió su experiencia y destacó la intensidad y el fervor que se vive en el estadio.
“Antes de irse de este mundo hay que ver un Boca-River en la Bombonera”, comenzó diciendo, recordando una frase de Juan Carlos Dominguez, otro de los presentes en la charla. “Ya había estado en la cancha otras veces, pero este fue mi primer clásico y lo que se vive ahí es tremendo, algo indescriptible”, relató.
El correntino contó que ingresó a la cancha junto a su hijo y que, aunque fue difícil conseguir entradas, logró ubicarse en la segunda bandeja, en una de las populares. “Conseguimos los boletos por contactos, es casi imposible conseguir una entrada legal, y terminamos en un sector muy cercano a la hinchada de Boca. No es el mejor lugar para ver el partido como espectáculo, pero lo que se siente es impresionante”, dijo.
Sobre el ambiente, Tófalo describió: “La gente canta los 90 minutos, no para un segundo. Terminas abrazado con cualquiera, no sabés quién está al lado, pero todos festejan juntos”.
La jornada comenzó temprano para él: “Estuvimos desde las 11 de la mañana en los alrededores y recién pudimos entrar pasadas las 2 de la tarde. Hay un clima de previa que es único, incluso mucha gente va solo a vivir el folklore, aunque no entre al estadio”.
El hincha también mencionó detalles curiosos: “Al principio el ambiente estaba tranquilo, había poco movimiento de parrillas y puestos, pero me contaron que era por el operativo de seguridad, porque iba a estar Jorge Macri. Después del partido, con el triunfo, el barrio fue una fiesta”.
Respecto al cierre del encuentro, recordó: “El festejo fue interminable. Lo de los ‘fantasmas’ fue extraordinario, salieron cerca nuestro y se treparon donde estaban las banderas. La gente se volvió loca. Nosotros logramos salir rápido, porque si no era un caos”.
Finalmente, Tófalo reflexionó sobre lo vivido junto a su hijo: “Es una experiencia que hay que vivir al menos una vez en la vida, y hacerlo con un hijo le da un valor especial. Son momentos que quedan grabados para siempre”.
Aunque reconoció ser un hincha “muy fanático de Boca”, también expresó su mirada crítica sobre la institución: “Boca, más allá de lo deportivo, está mal institucionalmente. Pero el fervor popular es tan fuerte que eso pasa a segundo plano cuando la Bombonera tiembla”.
El testimonio de Tófalo resume lo que significa el superclásico argentino: una mezcla de pasión, adrenalina y tradición que trasciende el fútbol.

