CÓRDOBA.- Con 13.000 madres en producción y obras para pasar a 17.000, en Monte Buey (en el departamento cordobés de Marcos Juárez, casi en el límite con Santa Fe) está la granja de cerdos más grande del país, que también cuenta con 175.000 plazas de engorde. El proyecto nació en 2008 con 700 madres; con el tiempo, se sumó un socio más y, en el 2015, escalaron a 3000 partir de un modelo de “asociación productiva”. Por estos días trabajan para avanzar en el eslabón industrial.
Lisandro Culasso y Fernando Villavicencio producían cerdos y advirtieron que “solos es difícil crecer, escalar. Así que nos unimos para desarrollarnos de manera más rápida y eficiente”, cuenta el primero a LA NACION. Fue el nacimiento de Isowean SA. “Somos asociadores seriales”, comenta. En 2012, la familia Grassi, dueña de un grupo de comercio de cereales, se unió.
Concentrados en fortalecer los procesos productivos y organizativos y mejorar la calidad de sus productos, la granja se dedica con exclusividad a la producción de lechones, que son destetados y enviados a los establecimientos de terceros asociados para su engorde. En el 2015 pasaron a 3000 madres y ahora cuentan con 13.000. Ya están en marcha las obras para una ampliación que les permitirá llegar a 17.000.
La empresa provee, desde Monte Buey, los lechones a los 12 productores asociados que están en un radio de unos 200 kilómetros alrededor, en las provincias de Córdoba y Santa Fe. Mensualmente se realizan los números de los aportes de las partes y se reparte el resultado de las ventas. Es decir, cobran en función de la rentabilidad.
Los lechones destetados son enviados directamente a granjas de engorde con sistema Wean-to-Finish hasta que están listos para la venta, lo que permite optimizar la producción y minimizar los tiempos muertos entre el destete y la venta. Los socios se benefician de la experiencia y el aprendizaje que la compañía va acumulando.
Hace unas semanas inauguraron una fábrica de alimentos, Porfeed SA, con capacidad para producir 20 toneladas/hora en la que invirtieron US$7millones. Los asociados más cercanos van a moler allí el cereal propio.
Culasso explica que están buscando un socio para avanzar en la construcción de un frigorífico para faena: “Hasta el año pasado solo vendíamos animales en pie; hemos avanzado en el desarrollo comercial, pero es un porcentaje chico el que industrializamos nosotros. El objetivo es contar con desposte con un socio industrial. No queremos meternos en una planta solos porque la curva de aprendizaje sale cara. Mantenemos nuestro modelo de asociación”.
El empresario precisa que Córdoba tiene un “déficit de plantas de faenamiento, aun cuando es la productora más importante del país”. La mayor parte de los capones se faenan afuera de la provincia. Isowean analiza tierras en Villa María y en Bell Ville para la planta: “Se necesita agua cerca y eso condiciona la elección”.
En la empresa están convencidos de la importancia de la integración vertical para agregarle valor a la producción primaria y que crezcan las exportaciones.
El consumo de carne porcina –que se ubica actualmente en torno a los 18 kilos/habitante/año– tiene margen para seguir creciendo en el mercado, al tiempo que deben desarrollarse mercados en el exterior para seguir los pasos de Brasil en la materia, un líder en exportaciones.