En las canchas del Club Deportivo Juventus en Corrientes, Ian Ferreyra, un joven de 14 años con sordera bilateral profunda, encontró en el básquet mucho más que un deporte: halló una voz, un lenguaje y un espacio donde puede ser él mismo.
La historia comenzó cuando su madre, Karina Taborda, se acercó al entrenador esquinense, quien está a cargo del basquet en el club capitalino, Martín Zalazar para preguntar si su hijo podía entrenar. “Le dije que sí, aunque no sabía lengua de señas, y que lo intentaría”, recuerda Zalazar. Los primeros entrenamientos fueron individuales, hasta que Ian se integró por completo al grupo de U17, donde sus compañeros lo recibieron como uno más, aprendiendo a comunicarse con él y a alentarlo en cada jugada.
Una publicación en redes sociales sobre su dedicación y esfuerzo llegó a los ojos del entrenador de la Selección Argentina de básquet para sordos, quien decidió iniciar un seguimiento del joven correntino. “Estamos muy contentos por las oportunidades que se le están abriendo”, celebra Zalazar.
A pesar de que a los 5 años recibió un implante coclear que solo le permite percibir sonidos muy intensos, Ian se comunica con fluidez en lengua de señas. Su pasión, disciplina e inteligencia en la cancha sorprendieron a todos, y hoy entrena con la ilusión de vestir la camiseta celeste y blanca.
Para Zalazar, la experiencia también significó un aprendizaje personal: “Esto demuestra que la inclusión es posible y necesaria. Los clubes, las escuelas y las instituciones pueden y deben abrir sus puertas a todos”.
El próximo desafío de Ian podría ser un campus en El Dorado, donde entrenadores de España especializados en deporte para personas sordas compartirán su experiencia. Mientras tanto, cada entrenamiento en Juventus sigue acercándolo un poco más a su gran sueño: representar a la Argentina.
