Por Jael Itzcovitch. Directora y Mentora de Estim Groups. (www.estimgroups.com)
Introducción: una transformación necesaria y muchas veces invisible
En el corazón de cada empresa familiar late algo más que números y decisiones estratégicas: laten generaciones, vínculos, expectativas, silencios y herencias emocionales. Y aunque mucho se ha dicho sobre los desafíos de la sucesión, muy poco se ha hecho para acompañar a fondo los procesos de quienes verdaderamente sostendrán el legado: las nuevas generaciones.
Estim Groups nace en ese punto ciego, para convertirse en una herramienta poderosa no solo para los jóvenes que participan de sus encuentros, sino para toda la estructura familiar que los contiene. Su valor no está solo en lo que enseña, sino en lo que transforma: el modo en que los jóvenes piensan su lugar, dialogan con sus padres, interpretan la historia familiar y diseñan su propio futuro.
Contexto: el desafío de continuidad en las empresas familiares
Según PwC (2023), solo el 34% de las empresas familiares en América Latina cuenta con un plan formal de sucesión. En Argentina, se estima que el 70% de las empresas familiares no logra pasar a la tercera generación. Los motivos son diversos, pero hay uno que se repite: falta de preparación emocional y estratégica en las nuevas generaciones, y una comunicación familiar que no acompaña los tiempos de cada uno.
En un escenario donde la longevidad de las empresas familiares depende más de la calidad de sus vínculos que de su facturación, acompañar a los jóvenes de manera genuina y sostenida ya no es un lujo. Es una necesidad estratégica.
¿Qué hacen los Grupos Estim? ¿Y por qué su efecto es tan profundo?
Estim Groups propone una experiencia transformadora y estructurada para jóvenes de familias empresarias, de entre 20 y 35 años. La metodología se apoya en grupos de pares y el acompañamiento de mentores altamente capacitados, con una dinámica que combina conversación profunda, herramientas prácticas y un espacio emocional seguro.
A lo largo de meses de participación, los mentores —profesionales con amplia trayectoria en empresa, familia y acompañamiento generacional— observan un patrón que se repite: los jóvenes llegan con dudas difusas, con cierta presión familiar, con ideas mezcladas sobre el deber, el deseo, la pertenencia y el legado. Algunos llegan queriendo alejarse, otros sin saber cómo acercarse. Pero todos llegan buscando claridad.
Y esa claridad empieza a emerger. Lo que cambia: del individuo a la familia
Lo que comienza como un proceso individual tiene efectos sistémicos. A medida que los jóvenes participan de los encuentros Estim, empiezan a desarrollar:
Mayor claridad sobre su rol posible en relación con la empresa familiar.
Mejores herramientas de comunicación para conversar con sus padres y referentes.
Una comprensión más profunda del propósito del negocio familiar.
Una validación emocional sobre sus propias dudas, deseos o límites.
Más recursos para gestionar expectativas sin reactividad.
Esto no solo transforma su forma de pensar. Cambia la conversación en las familias. Cambia el tono. Cambia el clima. Mejora los encuentros, reduce tensiones, abre la posibilidad a nuevos acuerdos. Desde Estim lo ven con frecuencia: familias que logran hablar con más honestidad sobre el futuro. Padres que pueden escuchar sin imponer. Hijos que se sienten legitimados para preguntar, proponer o incluso decir que no, con respeto. Todo eso, aunque parezca intangible, es lo que verdaderamente sostiene una empresa familiar en el tiempo.
Algunos casos comunes que vemos los jóvenes atraviesan en grupos Estim:
Un joven que llega convencido de que “tiene que” hacerse cargo de la empresa, y descubre que puede elegir otro camino sin romper con la familia ni con el legado.
Una joven que nunca se sintió escuchada en las ideas que llevaba, y logra encontrar su voz en el grupo, para luego llevar esa seguridad a la mesa familiar. Hermanos que estaban en conflicto y, al compartir en espacios similares, empiezan a verse desde otro lugar, y vuelven a dialogar. Jóvenes que saben que quieren ser parte del negocio familiar pero que no saben dónde ni cómo agregar valor real para no solo ser “el hijo del dueño”.
Beneficio estratégico para las familias empresarias
Estim Groups no es un programa formativo más. Es un espacio de transformación profunda, silenciosa y concreta. ¿Por qué? Porque ayuda a reducir el riesgo de decisiones tomadas desde la culpa, el mandato o la urgencia. Porque fortalece la sostenibilidad del legado, al fomentar decisiones libres y responsables. Porque mejora la calidad del diálogo intergeneracional. Porque devuelve la conversación al centro: ese lugar donde las empresas familiares se fundaron y donde hoy necesitan volver a habitar.
Un legado no se impone. Se construye juntos.
Estim Groups parte de una premisa central: nadie está obligado a continuar el legado familiar, pero todos merecen tener las herramientas para decidir cómo quieren relacionarse con él. La misión de Estim es fortalecer la relación de los jóvenes con el legado familiar a través de grupos de pares, con la asistencia activa y el compromiso de mentores preparados y humanos. En ese recorrido, cada participante encuentra claridad sobre su camino, herramientas personales y profesionales para gestionarlo, y una comunidad que lo acompaña sin juzgar. Y ese último punto es clave: la comunidad. Porque cuando los jóvenes conversan entre pares —otros que están viviendo procesos similares, aunque con historias diferentes— el aprendizaje cobra otra dimensión. No solo se adquiere conocimiento, se integra desde la experiencia emocional y colectiva.
El valor de aprender entre pares
Según el libro The Power of Peers de Leon Shapiro y Leo Bottary, los entornos de aprendizaje entre pares generan mayor claridad, más compromiso y decisiones más alineadas con los valores personales. Además, investigaciones en contextos educativos (como el estudio de Freeman et al. en PNAS) muestran que este tipo de aprendizaje mejora el rendimiento y reduce el abandono. En Estim, esto se traduce en jóvenes que aprenden a hablar, a escuchar, a comprender que sus dilemas no son únicos y que no hay una única manera de transitar su rol familiar. La confianza crece, el aislamiento disminuye y con eso, crece también la posibilidad de integrar sus valores con los de su familia y su empresa.
Grupos como los que propone Estim están comenzando a cambiar silenciosamente el paradigma de la continuidad familiar. No se trata solo de “preparar herederos” ni de imponer estructuras. Se trata de crear espacios donde cada integrante pueda descubrir cuál es su lugar, cómo construirlo y desde dónde vincularse con el legado familiar.
Y eso, al final del día, no solo beneficia a los jóvenes. Es una oportunidad para toda la familia de crecer como tal, con más conciencia, más diálogo y más humanidad.