El Padre Ariel Gimenez es el nuevo Parroco de la Catedral de Goya
MONS. CANECIN “ESTAS LLAMADO A ESCUCHAR LOS CLAMORES QUE BROTAN DE LA REALIDAD” AL NUEVO PARROCO DE LA CATEDRAL
El obispo de Goya, monseñor Adolfo Ramón Canecin, presidió la misa de toma de posesión del nuevo párroco y rector de la catedral, presbítero Jorge Ariel Gimenez. La celebración se enmarcó en el Primer Domingo de Cuaresma. Concelebro el obispo emérito monseñor Ricardo Oscar Faifer y varios sacerdotes de la jurisdicción eclesial.
El padre Ariel Gimenez, es un joven sacerdote, que ha logrado una verdadera integración en la comunidad goyana, caracterizado por sus dones artísticos, que lo definen como un «cura cantor chamamecero», defensor de los auténticos valores culturales que identifican al pueblo Correntino.
Sucede al padre Juan Carlos Lopez, que recientemente asumió como nuevo cura párroco en Nuestra Señora del Pilar en Curuzú Cuatiá.
Es oriundo de la ciudad de Esquina, cursó sus estudios de teología en el Seminario Interdiocesano “La Encarnación” de Resistencia (Chaco) y fue ordenado sacerdote el 4 de Octubre del 2003.
MONSEÑOR CANECIN
La homilía estuvo primeramente a cargo de monseñor Adolfo Canecin, dirigiéndose al nuevo párroco le recordó “este contexto universal guiado por el Papa Francisco que es el camino sinodal”.
Invito a “escuchar el clamor del Pueblo” e insistió “es importante saber escuchar los clamores que brotan de la realidad. Hay clamores, muy graves, por eso, te invito a no escuchar solo lo interno de la Iglesia, también hacia afuera ejercitar la escucha” y en esa línea remarco: “La Iglesia está para lavar los pies a la sociedad. Por lo tanto, escuchar para suscitar los servicios y dar respuestas a esos clamores”.
Pidió al neopárroco tenga en cuenta “los clamores de la droga dependencia que es una mancha que hace mucho se viene extendiendo y, porque genera impotencia muchos miramos para otro lado”.
“Escuchar los clamores de la ciudad de Goya, no los clamores de la sacristía. No los clamores internos” y llamo a “ejercitar el discernimiento comunitario, que es un don y un arte. Dios nos dio capacidad para discernir” remarco.
En el contexto del camino sinodal animo a “ser misionero” señalando más adelante que el “paradigma es la misión ad gente, una Iglesia en salida misionera en todos los rincones”.
MONSEÑOR FAIFER
La segunda parte de la homilía estuvo a cargo del obispo emérito, monseñor Ricardo Faifer (quien fue el que ordenó sacerdote al padre Ariel Gimenez) señalando entre otros conceptos “Que, en tu generoso y sabio pastoreo, con la unción del Espíritu Santo puedas reflejar la cercanía, la ternura y la misericordia del Padre manifestadas en Jesús” animo el prelado.
“Que, como El, quien te eligió para ser su colaborador, seas confiado y audaz para convocar a muchos colaboradores que contigo se pongan la Diócesis al hombro caminando juntos en una Iglesia sencilla y ministerial” dijo.
PADRE ARIEL GIMENEZ
Luego el padre Ariel Gimenez realizo su profesión de fe y juramento de desempeñar fielmente su nueva misión, y los ritos que ponen de manifiesto su misión y servicio pastoral, como la entrega del libro de la Palabra de Dios, los santos óleos y la llave del sagrario.
Una emotiva acción de gracias, fue la rúbrica de la celebración eucarística que se realizó en el templo catedralicio que estaba colmado de feligreses de los departamentos de Curuzú Cuatiá (su anterior destino pastoral) y de las comunidades de la ciudad de Goya y Esquina.
El “padre Ariel”, como es conocido, agradeció primeramente a las comunidades: “Doy gracias a Dios por bendecirme mucho a través de los curuzucuateños. Fue un tiempo planeado por Dios para crecer y madurar, él me estaba preparando para esta nueva misión. Y los curuzucuateños fueron sus instrumentos”.
“Gracias a nuestros obispos, a Ricardo Oscar Faifer, por esa presencia serena, tirando redes de fraternidad. Al Padre Obispo Adolfo Canecin, gracias por confiar en mi para tan grande misión. Gracias a mi familia, siempre acompañando. Afectiva y efectivamente” señalo.
Más adelante señalo: “Quiero ser un pastor con olor a ovejas, el olor de sus barrios, de sus calles, de sus casas, de sus ríos, lagunas, de sus plazas”.
Un momento muy significativo y emotivo fue cuando caminó desde el presbitério hasta la tumba del primer obispo de la Diócesis de Goya, monseñor Alberto Devoto y rezo la siguiente oración, que conmovió a todos los presentes:
Padre Alberto, hola… ¿como estas?. Seguramente disfrutando de la alegría eterna. Rodeado de la diócesis de Goya celestial, con el Paí Julián Zini, Vicente Mendieta, Diego Orlandini, Jorge Torres, Verón, Humberto, Alberto, Teófilo, Lucho, los José, Barbosa, Lito. Marisa Ayala, Margarita Cavalieri, Inés, Victoria, María Teresa. El Moncho Díaz, Tatin que personaje, Tita, Eloísa y Víctor. Que hermoso debe ser eso.
Seguramente estas contento de los que se viene hablando en la Iglesia sobre la sinodalidad, es lo que vos enseñabas. Qué lindo nuestro novenario queremos ser una Iglesia sencilla y ministerial, son fruto de esta diócesis que vos plantaste.
Todos los que estamos aquí queremos pedirte tu ayuda, que intercedas por nuestra diócesis. Por todo este pueblo del sur correntino. Queremos ser esa Iglesia que Cristo soñó al fundar.
Y un pedido especial para mí, ayúdenme a ser un servidor de verdad, sencillo, con olor a oveja, sabio, fuerte, valiente y capaz de salir a flote ante la adversidad. Amén.-