Denis Guillen-Solis, un hondureño de 30 años que trabajaba como jardinero en California, pasó 40 días detenido en una instalación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) antes de ser deportado a Honduras. Su arresto ocurrió el 8 de julio en el Centro de Cirugía Avanzada de Ontario, cuando agentes federales, con chalecos antibalas y máscaras tácticas, lo detuvieron junto a otro trabajador hispano.
Según KTLA, la captura se produjo cuando los oficiales abordaron a los extranjeros mientras salían de un vehículo durante “una operación dirigida para detener a dos extranjeros indocumentados” realizada por oficiales del ICE. De acuerdo con Tricia McLaughlin, subsecretaria del DHS, Guillen-Solis intentó huir a pie para evadir a las autoridades y acudió al Centro de Cirugías Avanzadas de Ontario para resguardarse.
Luego de pasar más de un mes detenido, fue deportado a Honduras. “Es muy difícil porque ya no voy a tener la facilidad que tenía antes de ayudar [a mi familia]”, afirmó el ciudadano en declaraciones con Telemundo.
Guillen-Solis contó que acudió ante un juez, quien le rechazó todas las peticiones y le dictó la deportación: “Me dijo que no podía volver a Estados Unidos por dentro de diez años, o iba a pasar tres años preso”.
A su vez, indicó cómo fue su experiencia en un centro de detención: “Es horrible. Te mantienen encadenado de pies y manos todo el tiempo. Te dejan ver la luz del sol por media hora, estás encerrado en cuatro paredes”.
En un video publicado en las redes sociales sobre el arresto del hondureño, se observa a Guillen-Solis aferrándose al marco de una puerta de la clínica de Ontario mientras los agentes del ICE intentan arrestarlo.
“Quítale las manos de encima. Ni siquiera tienes una orden”, le dice un profesional del lugar al oficial, según detalló Telemundo52. Aunque el migrante pidió con cierta cautela que le mostraran su identificación, su solicitud fue ignorada y fue inmovilizado frente al personal médico presente.
Javier Hernández, director de la Coalición Justicia para Inmigrantes, afirmó: “El señor Denis Guillén estaba haciendo su trabajo, cuando de repente alguien viene hacia él corriendo. Entonces, lo natural que él hace, él corre para dentro de esta clínica pidiendo ayuda. Este oficial no presenta nada de identificación, no presenta nada. Solo dice: ‘Soy un agente federal y me lo tengo que llevar a esta persona’”.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) indicó que el personal del centro médico agredió a las fuerzas del orden, intentó obstruir el arresto, bloqueó el movimiento de vehículos oficiales y llamó a la policía bajo el argumento de un secuestro.
Semanas después del arresto de Guillen-Solis, dos empleados de origen latino con ciudadanía estadounidense que trabajaban en el centro médico fueron imputados con cargos federales por presuntamente interferir en el operativo migratorio del hondureño, informó el Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ, por sus siglas en inglés).
Los reportes indican que los empleados habrían pedido a los agentes que dejaran de sujetar a un hombre y que incluso tocaron el chaleco de uno de los oficiales. Los acusados fueron identificados como José de Jesús Ortega, de 38 años, arrestado el viernes 25 de julio; y Danielle Nadine Dávila, de 33 años, quien se entregó a las autoridades el mismo día. La fiscalía federal del distrito central de California está a cargo del caso.