La Asociación de Músicos Esquinenses llevó adelante una celebración en honor al chamamé, declarando con fuerza que “el chamamé no se toca, se vive”. El encuentro tuvo lugar en la plazoleta de los músicos esquinenses, ubicada en la curva San Cayetano, un espacio recientemente inaugurado que cuenta con escenario, luces y sonido para brindar a los artistas locales un lugar digno donde compartir su arte.
El festival, realizado en el marco del Día Nacional del Chamamé, incluyó un homenaje a los músicos que ya no están, con el descubrimiento de una placa conmemorativa a las 18 horas. La jornada contó además con cantina y comidas típicas, con entrada libre y gratuita, lo que permitió a familias y vecinos disfrutar de la música y la tradición en comunidad.
Sobre el escenario se presentaron Blas González Grupo, Juan Fernández, Grupo Río Paraná, Ángel Piciochi, Los Mitaí del Chamamé, Ñande Reko Aty y Grupo Liberados, quienes llenaron de música la noche esquinense.
“El chamamé vive porque vive el pueblo”, expresaron los organizadores, en una velada donde la tradición, la identidad y la memoria se unieron en un mismo latido: el del corazón chamamecero de Esquina.

