Javier Milei, acompañado de su hermana, Karina, llegó al salón del Ziegfeld Ballroom, un centro de eventos cerca del Central Park, en Manhattan, a las 19.35. En su mesa, iluminada por varias velas y con flores en el centro, ya estaba la entrada de burrata y ensalada, con vino argentino. Uno de sus primeros abrazos -efusivos- fue con el embajador designado por Donald Trump para la Argentina: Peter Lamelas, conocido del Presidente de un evento en Mar-a-Lago, el club privado del líder republicano en Palm Beach.
De fondo, una banda en vivo que tocaba jazz amenizaba la gala, en la que Milei recibió el premio Global Citizen Award que le otorgó el centro de estudios Atlantic Council. Quien se lo dio, tras una pomposa presentación, fue el secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, el hombre clave del gobierno norteamericano que pugnó por el salvataje financiero para la Argentina.