Estamos ante un mapa político con grandes modificaciones y protagonistas nuevos de relevancia -no solamente personas sino también instituciones y métodos- que estuvieron asociados al desenlace de la elección del domingo. Comicios cuyo resultado no cambia la pregunta central: ¿el Gobierno podrá constituir un núcleo de poder orgánico, coherente y ordenado que tenga capacidad de proyectarse sobre el Congreso en la realización de reformas? Conocemos el relato y programa del oficialismo: normalización de los precios y baja de costos. Para ello, el Ejecutivo estima que necesita llevar adelante cambios en materia impositiva, previsional y laboral. Pero no solo debe contar con fuerza parlamentaria para conseguirlo. También necesita de organización política y racionalidad. Es algo que no viene con los votos. Lo aporta el grupo humano que está al frente del Poder Ejecutivo y el liderazgo de esta fuerza política que es La Libertad Avanza. Es la incógnita para los próximos dos años.

