Autoridades municipales, judiciales, fuerzas de seguridad, bomberos, veteranos de guerra, docentes, alumnos y vecinos participaron este viernes del acto oficial por el Día de la Bandera y en conmemoración de un nuevo aniversario del fallecimiento del General Manuel Belgrano.
El evento tuvo lugar en la plaza 9 de Julio, frente al busto del prócer, donde se llevó a cabo la ceremonia de izamiento de la bandera en el mástil central, la entonación del Himno Nacional Argentino, la colocación de una ofrenda floral, invocación religiosa y un respetuoso minuto de silencio.
El orador principal fue Fernando Quevedo Orden, quien brindó palabras de reflexión sobre el valor de los símbolos patrios:
«Hoy, ante todo, el saludo de feliz Día de la Bandera y feliz día de todo lo que ella simboliza. Si hablamos de símbolos, hoy honramos al mayor. Este mástil, este busto que mira a la queridísima Escuela Normal, nos recuerdan a Belgrano, un hombre que murió en la pobreza económica pero en la absoluta riqueza espiritual. La escuela es la que nos enseña lo que es patria, y es un valor que debemos llevar siempre, no solo cuando ganamos un campeonato de fútbol, sino todos los días, en nuestro corazón y en nuestras casas.»
Quevedo también destacó el trabajo del Instituto Nacional Belgraniano, que este año cumple 81 años y continúa con su labor de mantener viva la figura y el legado del General Belgrano: «Un golpe no es derrota, y aquí estamos para seguir trabajando por el patriotismo y la educación, especialmente para los niños, que son nuestro futuro.»
El contador Cristian Olivetti, secretario general coordinador del municipio, también dirigió un mensaje a los presentes, compartiendo una vivencia personal que lo hizo reencontrarse con el verdadero sentido de la patria:
«Hace menos de 24 horas presencié un acto que cambió algo en mí: mi hija mayor prometió lealtad a la bandera argentina. Eso me hizo viajar a mi infancia y recordar la pureza de ese sentimiento llamado patria. Nuestros hijos, nuestros abuelos, nuestros maestros: todos somos la patria. Y nuestra bandera es el dulce manto que nos une. Que nunca deje de flamear sobre nuestras cabezas, que siempre sea un símbolo de inspiración y de orgullo.»