La aprobación del pedido de endeudamiento le costó a Axel Kicillof un esfuerzo negociador que llegó a extremos de “rosca política” en la Legislatura bonaerense. La doble sesión en las cámaras de Diputados y de Senadores de la provincia (que se autoconvocaron a sesiones extraordinarias para poder tratar el proyecto de “financiamiento”, como lo llamó el gobierno provincial), que iban a realizarse por la tarde del miércoles, se postergó hasta entrada la madrugada del jueves, en medio de negociaciones, pedidos y escándalos.
El proyecto de endeudamiento necesitaba de dos tercios en ambas cámaras para aprobarse. La mayor dificultad para el gobernador estaba en la Cámara de Diputados provincial, que tiene 92 bancas. Con ausencias, el debate se inició con un quorum de 87 presentes, lo que bajó el número necesario para la aprobación, que se anunció por “más de dos tercios”. En el Senado, la cuenta fue más simple y también se votó con esa mayoría. La iniciativa del gobernador contó con el apoyo de aliados, pero también de opositores.
La Cámara de Diputados comenzó a sesionar recién a las 23.50 del miércoles y pasó a un cuarto intermedio hasta la 1.30. Desde la Legislatura, se informó que la UCR tenía reparos con la redacción del reparto de fondos para los municipios, clave para aprobar el endeudamiento. El breve encuentro incluyó una pelea a gritos entre el presidente de la Cámara, Alexis Guerrera, y el intendente de San Nicolás, Santiago Passaglia, quien pretendía levantar su licencia como diputado para votar en contra.
La Cámara retomó el debate a la 1.34 del jueves (originalmente, la sesión estaba agendada para las 15 del miércoles). La creación de seis nuevos cargos en el Banco Provincia, una llave que utilizó Kicillof para seducir a la oposición, fue duramente criticada por fuerzas que se opusieron a la ley de endeudamiento, como el Frente de Izquierda y La Libertad Avanza. El diputado Guillermo Castello (LLA) dijo que cada uno de esos nuevos cargos “va a costar 70 millones de pesos por mes”.
La trama del endeudamiento pedido por el gobernador alcanzó un punto crucial ya la semana pasada, cuando no logró avanzar y solo se aprobaron el presupuesto y la ley fiscal e impositiva. El jueves de la semana pasada se sancionaron esas iniciativas en ambas cámaras, pero se postergó el tratamiento del endeudamiento, que necesitaba de dos tercios, una mayoría especial con la que no contaba el gobernador. El endeudamiento ya había necesitado de dos reuniones en la Comisión de Presupuesto e Impuestos de la Cámara de Diputados provincial para avanzar.
El viernes pasado, luego de un largo cuarto intermedio en las bancas luego de aprobar presupuesto y ley fiscal e impositiva, naufragó el endeudamiento por falta de quorum. La oposición no aportó su presencia y dejó al gobernador sin su ley, mientras la Cámara de Diputados dejaba imágenes significativas, como el diálogo telefónico simultáneo de Sergio Massa con el presidente de la Cámara, Alexis Guerrera, y el jefe del bloque peronista, Facundo Tignanelli.
Todo quedó en veremos y, el lunes, Kicillof decidió tomar la iniciativa con un pedido público a la Legislatura para que apruebe el endeudamiento. Afirmó que, sin esa herramienta, debería utilizar recursos destinados a salud y educación para el pago de deuda. Arropado por intendentes del peronismo (y algunos del radicalismo), legisladores, sindicalistas, miembros de su gabinete y representantes de Madres y de Abuelas de Plaza de Mayo, puso sobre la mesa parte de su oferta para que la oposición le diera el aval y pidió que se evita “más sufrimiento”.
“El equivalente al 8% del total de recursos que provengan de la ley de financiamiento se distribuirá entre los 135 municipios, con un adicional, producto de las conversaciones de estos días. Estamos hablando de un total de 350 mil millones de pesos a distribuir hasta junio (de 2027). Hemos resuelto garantizar aproximadamente 250 mil millones de pesos en cinco pagos fijos y determinados por la ley. Eso, más allá del volumen que alcancen las colocaciones de deuda”, ofertó Kicillof ese lunes de tensión. Esa oferta mejoraba su apuesta inicial, que era darles a los intendentes el 8% sobre lo que se consiguiera fruto del endeudamiento.
El reclamo del monto fijo agitó las discusiones y Kicillof cedió en ese punto para conseguir la ley. La redacción final de esa entrega de fondos se pulió hasta el último minuto en las sesiones de este jueves de madrugada. El diputado radical Matías Civale, del bloque Somos Buenos Aires, bancada que votó a favor, comentó en la sesión, ya casi a las tres de este jueves, que el fondo para las intendencias sería de 10 mil millones de pesos más y se elevará a 360 mil millones de pesos.
El otro punto en el que Kicillof hizo un gesto a la oposición es en la conformación de la conducción del Banco Provincia. Elevó de ocho a 14 los lugares disponibles para repartir cargos entre los espacios políticos que le aportaron los votos para el endeudamiento. El directorio estaba compuesto por ocho integrantes y en la sesión de Diputados se modificó para asfaltar el camino al acuerdo. Los nuevos directores designados fueron Javier Osuna y Sergio Bordoni (ambos del massismo); Carlos “Cuto” Moreno, Julio Pereyra, Alejandro Formento y Carlos Orsingher (por el kicillofismo); Rodrigo Rodríguez y Laura González (por La Cámpora); Gabriela Demaría (alineada con Martín Insaurralde); Fernando Rozas (Unión y Libertad, bloque escindido del mileísmo); Matías Ranzini y Adrián Urreli (en representación de Pro); Marcelo Daletto (alineado con Emilio Monzó) y Fernando Pérez (UCR).
El ministro de Infraestructura provincial, Gabriel Katopodis, y el intendente de Almirante Brown, Mariano Cascallares, fueron los negociadores en nombre de Kicillof. Ambos son legisladores electos.
El proyecto original (que solicita autorización para un endeudamiento total por hasta US$3685 millones) incluyó también la resignación de recursos por parte de la Provincia, en favor de las intendencias. En su artículo final, estableció la condonación de las deudas de los municipios por los fondos de emergencia sanitaria para la contención fiscal municipal (llamado “Fondo Covid”) y de asignaciones extraordinarias salariales para municipios, que suman unos $7900 millones.
En el reparto de cargos, también ingresaron el Consejo General de Cultura y Educación, y el Tribunal Fiscal de Apelación. Y Kicillof, además, debió aceptar el armado de una comisión bicameral que controlará su toma de deuda.
Con sus concesiones, el gobernador se garantizó -además del apoyo interno de La Cámpora y del Frente Renovador, un punto complejo para él por la interna que protagoniza- el respaldo de sectores del radicalismo como UCR+Cambio Federal, Somos Buenos Aires, y del bloque exlibertario Unión y Libertad.
El Senado comenzó a sesionar pasadas las tres y media de la mañana. Solo habló el senador peronista Marcelo Feliú, y el proyecto de endeudamiento salió aprobado a las 3.50. Apenas minutos después, casi a las cuatro de este jueves, se aprobaron las designaciones en el Banco Provincia, con su nuevo directorio ampliado a 14 integrantes.
El martes, en tanto, llegaron a buen puerto otras negociaciones que corrían en paralelo a las del endeudamiento: las de las autoridades de la Cámara de Diputados para el próximo período. Como presidente quedó Alejandro Dichiara, cristinista y exintendente de Monte Hermoso; como vicepresidente, Guerrera, massista y actual titular de la Cámara. Se alternarán en la conducción anualmente, como sucedía hasta ahora. El kicillofista Cascallares se quedó con una vicepresidencia, aunque su nombre se barajó también para conducir el cuerpo legislativo.

