En el marco del Día de la Prefectura Naval Argentina, dialogamos con José Luis Domínguez, un esquinense que dedicó 41 años de su vida a esta histórica fuerza federal. En una emotiva entrevista radial, compartió recuerdos, anécdotas y reflexiones sobre su carrera, su vocación de servicio y el valor de la institución en la seguridad de nuestras vías fluviales.
«Entré a los 17 años, sin imaginar que iba a entregarle mi juventud, mi fuerza y mi vida profesional a esta noble institución», recuerda José Luis, con la voz firme y emocionada desde Esquina, Corrientes, su ciudad natal. La Prefectura, dijo, le enseñó algo que lleva hasta hoy: la resiliencia.
En diálogo con Eduardo y Juan Carlos, Domínguez hizo un repaso por sus destinos: desde Puerto Madryn, Tierra del Fuego, Santa Cruz y Corrientes hasta funciones clave como prefecto de zona, alcanzando el grado de Prefecto Mayor. “Fue un privilegio cerrar mi carrera en Corrientes, cerca de mi gente”, señaló.
A lo largo de la charla, repasó momentos intensos de su trayectoria: desde patrullar glaciares y vigilar plataformas petroleras, hasta rescates en el sur y operativos contra el narcotráfico en el Litoral. “Lo más doloroso fue no poder salvar a una nena en Puerto Madryn. Esas cosas te marcan para siempre”, confesó con la voz quebrada.
También celebró logros: “Durante mi gestión nunca se cerró la hidrovía. Fue un trabajo en equipo con la comunidad y las autoridades. Me llena de orgullo”, dijo.
Hoy, retirado y enfrentando un tratamiento médico, continúa mostrando fortaleza. «Estoy con quimioterapia hace más de un año. Pero sigo peleando, porque eso también me lo enseñó la prefectura: a no rendirme.»
Finalmente, agradeció el cariño de su familia, sus compañeros y su tierra: “La prefectura no es solo un uniforme, es una forma de vida. Estoy orgulloso de haber sido parte y seguir siéndolo, desde el corazón.”