NUEVA YORK.- “¿Por qué estamos rescatando a la Argentina?“. La pregunta, simple, que se hizo en su cuenta de X el periodista y bloguero norteamericano Matthew Yglesias, especializado en economía y política, ha ido retumbando con el correr de las horas en Estados Unidos ante la fuerte apuesta de Donald Trump para salvar financieramente al gobierno de su aliado Javier Milei.
El lunes pasado, la senadora demócrata por Massachusetts Elizabeth Warren fue una de las primeras que alzó la voz con críticas a Trump por “querer que los contribuyentes estadounidenses rescaten a su amigo Milei en la Argentina”.
En una dura carta dirigida al poderoso secretario del Tesoro, Scott Bessent, el interlocutor clave con la administración libertaria para negociar el salvataje, Warren le solicitó información sobre los planes del presidente “para rescatar los mercados financieros de la Argentina y a los inversores extranjeros utilizando recursos” de Estados Unidos.
“No está claro qué constituye un aliado ‘sistémicamente importante’, y usted no proporcionó ninguna justificación económica de por qué una ‘venta masiva’ del peso argentino y las dificultades en los mercados financieros del país representan una amenaza directa a la salud de la economía estadounidense“, señaló Warren, que luego se trenzó en un ácido intercambio en X con el propio Bessent.
“A pocos les sorprenderá la interpretación autocompasiva de Warren de Don’t cry for me Massachusetts”, dijo Bessent, en un juego de palabras del musical Don’t cry for me Argentina y el origen de la senadora.
El disparador había sido la confirmación de Bessent, el lunes, de que Estados Unidos estaba dispuesto a “hacer lo que sea necesario” para ayudar a la Argentina y que podrían hacerlo a través del Fondo de Estabilización Cambiaria (ESF, por sus siglas en inglés). Dos días después, tras la reunión de Milei y la comitiva argentina con Trump y Bessent en Nueva York, llegarían los detalles del alcance del posible acuerdo, que generó sorpresa en Wall Street por los montos (un swap por 20.000 millones de dólares) y la batería de alternativas financieras.
El repentino interés de Estados Unidos por la economía argentina “carece de sentido desde una perspectiva realista y estratégica”, indicó en una entrevista Nate Schenkkan, experto en relaciones internacionales. “Este tipo de cosas solo tienen sentido dentro de un marco ideológico”, añadió.
La administración Trump apoya a Milei por la misma razón por la que respalda a Viktor Orban, en Hungría, o a Jair Bolsonaro, en Brasil, afirmó Schenkkan. “Quieren que estas personas lleguen al poder. Piensan: ‘Son nuestra gente, utilicemos las herramientas que tenemos para apoyarlos’”, explicó.
“¿Por qué Trump rescata a la Argentina? Se trata de ideología y lealtad a Trump, no de los intereses de Estados Unidos», escribió este jueves en su sitio personal Paul Krugman, premio Nobel de Economía en 2008 y excolumnista de The New York Times.
“En sus relaciones con otros países, la administración Trump sigue una agenda clara de socavar los valores progresistas, fomentar la discordia y retirar apoyo financiero crucial […] Y aunque en este caso Estados Unidos ofrece ayuda en lugar de retirarla, nuestra nueva política hacia Argentina forma parte de la misma agenda trumpista“, señaló Krugman, que destacó que la Argentina “no tiene una importancia sistémica para Estados Unidos”, como justificó Bessent.
“Es un actor minúsculo en términos de los intereses estadounidenses”, sostuvo. “Definitivamente es mucho menos importante, tanto estratégica como económicamente, que Brasil”, añadió, al recordar el 50% de tarifas que le impuso Trump a las exportaciones a Estados Unidos del gigante sudamericano por su alienación política con Bolsonaro, archirrival del presidente Luiz Inacio Lula da Silva.
(AP Foto/Evan Vucci)Evan Vucci – AP
“Pero recuerden que, en el mundo de Trump, los intereses de Estados Unidos no cuentan. Solo los suyos. Y Milei ha sido un ejemplo importante de la economía de derecha. El éxito inicial —o aparente— de sus políticas fue ampliamente celebrado como una gran victoria», explicó.
“No vamos a permitir que un desequilibrio en el mercado frene sus sustanciales reformas económicas”, explicó Bessent a Fox Business el miércoles, al referirse a Milei. “No creo que el mercado haya perdido la confianza en él”, añadió.
Según una fuente al tanto de la dinámica del Departamento del Tesoro en Washington, el análisis de la ayuda para la Argentina generó discusión interna. “Todo quedará atado a la decisión que adopte Estados Unidos. Para quienes monitorean el asunto, el riesgo es elevado”, señaló a LA NACION.
“Creo que al público MAGA le gusta Milei, y no tendrán mayores problemas en que reciba apoyo. Pero siempre y cuando no sea contraproducente”, señaló, en referencia a la base de votantes más leales a Trump.
“Lo bueno es que Bessent es totalmente honesto: se trata de ayudar a Milei a ganar una elección; no pretende ayudar al pueblo argentino”, aguijoneó en X Dean Baker, economista senior en el Center for Economic & Policy Research. La referencia fue para el apartado electoral en el extenso tuit de Bessent del miércoles, en el que pareció condicionar la ayuda al resultado de las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre próximo.
En un artículo publicado esta mañana en el influyente diario The Wall Street Journal, el periodista Grep Ip señaló que “Trump, quien ve a Milei como un alma gemela, ha salido en su ayuda”.
“La Argentina recibió numerosos rescates. Claramente, sus problemas son más profundos”, advirtió, y recordó que el economista Simon Kuznets, ganador del Nobel por sus ideas sobre el crecimiento económico, en una ocasión dijo que existen cuatro tipos de economía: desarrollada, emergente, japonesa y argentina. “Esta ocurrencia subrayó lo inusual que es la Argentina, incluso en comparación con sus vecinos latinoamericanos”, explicó.
El trader Mark Dow, fundador de Dow Global Advisors, escribió en X que “aunque todos deberíamos apoyar a la Argentina”, su futuro está en sus propias manos y no debería depender de la ayuda externa.
“La principal conclusión de todo esto es que Estados Unidos ahora está en apuros”, escribió Dow. “Si el shock de confianza no funciona, Estados Unidos, en cierto modo, asumirá la responsabilidad y le resultará difícil rechazar un rescate mayor de la Argentina en el futuro”, añadió.
Según el Financial Times, algunos inversores esperan que Estados Unidos compre directamente pesos argentinos —una sugerencia del propio Bessent—. La Argentina tiene una línea swap de 18.000 millones de dólares con el Banco Popular de China, pero solo 5000 millones de dólares están activos actualmente.
Altos funcionarios de Trump han criticado duramente el swap con China, y algunos analistas, según el diario británico, señalan que su finalización podría ser una de las condiciones para sellar la línea swap con Estados Unidos.
Karthik Sankaran, experto del Quincy Institute for Responsible Statecraft, hizo una comparación del caso argentino con el último rescate del Tesoro norteamericano, a México, en 1994. “Existen diferencias significativas entre el México de entonces y la Argentina de hoy. Por un lado, el rescate mexicano se produjo después de las elecciones de ese país, no antes”, afirmó Sankaran. México también tenía vínculos económicos mucho más significativos con Estados Unidos y estaba en proceso de mayor integración a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, señaló el experto.
“El rescate de México se enmarcó en un acuerdo económico mucho más profundo que transformó estructuralmente la economía mexicana para mejor. No veo ninguna señal de esto en la Argentina”, cerró.