La torta carasucia, cuyo nombre proviene de los ingredientes con que se elabora (un panificado relleno con una pasta que contiene azúcar negra) y que dejan la carita sucia a quienes la disfruta, es un símbolo de identidad para los esquinenses.
«Esta edición tendrá tres noches, por primera vez, y seguirá siendo de acceso libre y gratuito, porque es una política de Estado para el Municipio preservar la identidad que contiene este festival», destacó Mariano Coria, director de Cultura de la localidad, en diálogo con República de Corrientes.
Según señaló el funcionario, las celebraciones -que comienzan esta noche y se extenderán hasta el domingo- tuvieron además en esta ocasión un «nivel de convocatoria mucho más alto que en ediciones anteriores». En ese sentido, recordó que desde la Dirección que él coordina se lanzaron cuatro llamados a la comunidad: a panaderos y manufactureros, a reina y princesas, a emprendedores y a músicos.
El panificado nació en un almacén de ramos generales, cercano a la escuela rural N.º 623. Allí se fabricaba para convidar a los niños que asistían a clases. Y tomó su nombre de «carasucia» a partir de ver a los chicos con la pasta de azúcar negra en el rostro.
También para instalarse en un paseo ubicado por la costanera se inscribieron más de 50 emprendedores. »No tendremos espacio para todos este año, y es otro indicador de la manera en que viene creciendo la fiesta», señaló Coria.
Entre las convocatorias se realizó el llamado tradicional a panaderías y manufactureros, que son quienes aportan »el alma de esta fiesta, que son las tortas que el público puede degustar durante el festival», explicó el director de Cultura.
Más de 15 panaderías y cerca de 30 manufactureros comprometieron su trabajo. Mientras que los locales más grandes entregan el producto a modo de donación para el evento, a los elaboradores tradicionales más pequeños se les aportan los ingredientes y la materia prima para la elaboración», indicó.
Así, cada uno aporta varias docenas del producto para cada noche. «Esperamos que se compartan unas 1500 tortas carasucias en cada noche, es de lo más esperado por el público», señaló.

Otra novedad de este año de festival será la participación de los Cocineros del Iberá, quienes estarán presentes en el predio con un food truck.
«Cada año vemos cómo se visibiliza esta fiesta y trasciende fronteras. En la Feria Internacional del Turismo, en La Rural de Buenos Aires, la gente se agolpaba para poder probar y conocer esta delicia que es auténtica de los esquinenses», recordó.
Para Coria, parte de ese crecimiento se vincula con la reactivación del festival, a partir del 2018.
Esperan que unas 5000 personas sean parte de los festejos en cada noche
de festival en el anfiteatro de la costanera.
«Comenzamos con la que era la 5.ª edición y hemos ido sembrando mucho a lo largo del tiempo. Algo clave fue la descentralización de la agenda cultural: logramos que la Fiesta de la Torta Carasucia se moviera del verano hacia otras fechas de manera paulatina, hasta que encontramos en este fin de semana de octubre un momento ideal. Es importante porque no hace tanto calor y, al ser un panificado dulce, se disfruta mucho mejor con mates si el clima no es tan cálido», explicó.
«Es un festival sumamente esquinense y la participación de los artistas de Esquina es un pilar que se preserva. Así del mismo modo se pueden encontrar recetas tradicionales con pequeñas variaciones, pero los secretos de quienes elaboran las carasucias no se comparten. Cada uno tiene su versión, con el relleno más sostenido o más líquido, con la masa de distintos grosores. Lo más lindo es que cada vez más gente de la provincia y de otras partes del país pueden identificar a este dulce que es tan simbólico para nuestra identidad: representa el compartir, la tradición culinaria, el trabajo artesanal y la música popular», recordó Coria.
Republica de Corrientes