Después de un diciembre marcado por temperaturas inusualmente frías en gran parte del territorio argentino, la primera quincena de enero ha traído un cambio drástico en el panorama climático. Las altas temperaturas han vuelto a ser protagonistas, afectando de manera desigual y asincrónica a las distintas regiones del país.
En las últimas semanas, las temperaturas más elevadas se concentraron en la franja oeste del territorio nacional, cubriendo las regiones del Noroeste y Cuyo. Sin embargo, más recientemente, la Patagonia se convirtió en el centro de atención climática tras romper récords históricos de calor. Ahora, el turno del calor extremo ha llegado finalmente a la región central del país.
El calor extremo se traslada al centro y norte del país
Con la disminución de las temperaturas en la Patagonia, el centro y norte de Argentina enfrentan ahora su propio desafío climático. En provincias como Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Buenos Aires y la Capital Federal se espera la primera gran ola de calor de la temporada 2024/2025.
La situación es impulsada por un frente semiestacionario que se mantendrá en el norte patagónico y el sur de la región Pampeana durante los próximos días. Este fenómeno provocará vientos persistentes del norte que seguirán elevando las temperaturas en el centro y norte del país, creando un ambiente sofocante que podría mantenerse hasta el jueves.
Temperaturas extremas en el AMBA y otras grandes ciudades
El área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) podría alcanzar picos de hasta 39 °C, especialmente en zonas del conurbano bonaerense. En ciudades como Rosario y Córdoba se esperan temperaturas similares, que se intensificarán hacia mediados de la semana. Además de las altas temperaturas máximas, otro factor clave será el comportamiento de las temperaturas mínimas, que podrán mantenerse por encima de los 22 o 23 °C, complicando la recuperación térmica durante las noches
«Lengua de aire sofocante» en el norte del país
El norte del país también será escenario de temperaturas extremas esta semana. Provincias como Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Santa Fe, Córdoba, La Rioja y Catamarca podrían experimentar temperaturas reales superiores a los 40 °C, con picos de hasta 43 °C en algunas localidades.
Este fenómeno de «lengua de aire sofocante» se extenderá progresivamente desde el norte hacia el centro del país, intensificando la ola de calor en las próximas jornadas.
Recomendaciones ante la ola de calor
Frente a esta situación climática extrema, las autoridades recomiendan a la población tomar medidas preventivas para mitigar los efectos del calor. Entre las sugerencias se destacan:
– Mantenerse bien hidratados, bebiendo agua constantemente.
– Evitar la exposición directa al sol durante las horas de mayor radiación (entre las 10:00 y las 16:00 horas).
– Utilizar ropa liviana, de colores claros y materiales transpirables.
– Reducir la actividad física intensa en exteriores.
– Permanecer en lugares frescos o climatizados siempre que sea posible
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) mantendrá actualizadas las alertas y recomendaciones a medida que la situación climática evolucione.
Un desafío que marca el inicio del verano
El verano 2024/2025 comienza con eventos climáticos extremos que ponen a prueba la resistencia y adaptabilidad de la población. La ola de calor en curso, con temperaturas históricas y desafíos meteorológicos, subraya la importancia de la preparación y la respuesta rápida para mitigar los efectos del clima adverso.
Récords de calor históricos en la Patagonia
El pasado domingo 12 de enero quedó registrado como una fecha histórica para la Patagonia argentina. En localidades como Trelew, en la provincia de Chubut, se registró una temperatura máxima de 43,6 °C, la más alta desde que comenzaron los registros sistemáticos en 1961. Puerto Madryn también alcanzó cifras cercanas al límite, con 42,3 °C, mientras que Neuquén capital marcó 41,8 °C.
Este contraste climático fue especialmente notable al compararlo con el extremo sur de la Patagonia, donde se registraban condiciones típicas de invierno con vientos superiores a los 120 km/h y alertas rojas activas por las inclemencias. Mientras tanto, en el norte patagónico y el sur de la región Pampeana, una masa de aire calurosa y seca provocó temperaturas que superaron ampliamente los 40 °C.
La situación cambió drásticamente con el inicio de la semana. Durante la mañana del lunes, las temperaturas descendieron significativamente en toda la Patagonia, con caídas térmicas superiores a los 10 °C respecto a los días previos. Todas las alertas climáticas fueron levantadas, y aunque se espera que continúen los vientos y cierta inestabilidad, no se prevén eventos climáticos extremos en el corto plazo.