Reimaginado el té: Emprendimiento esquinense

Debido a la cuarentena, Ela Enriquez debía cerrar a las seis de la tarde el negocio de comestibles que tiene desde hace 20 años. 
Ese tiempo lo usaron con su marido para arreglar la casa y compartir un mate o un té cuando terminaban sus tareas, ocasión que usaban para intercambiar anécdotas en común sobre cómo sus abuelos curaban la fiebre o la tos. «Compartíamos nuestras creencias, nuestras raíces», explicó Ela.  

Todo el tiempo durante el aislamiento preventivo, lo usó para estudiar y conocer en profundidad sobre la herbolaria local, sobre todo por parte de personas mayores. 
Luego probó el deshidratado, un proceso que bien hecho le permite conservar el color, el olor y las propiedades de las hierbas. Y más adelante, el envasado en botellitas de café, con el logo propio.
Llamó a su emprendimiento ‘Reimaginando el té’ porque «reimaginamos nosotros las creencias de nuestros abuelos».