Los dermatólogos de Cleveland Clinic analizan qué puede hacer el aceite de romero en casos de caída capilar. Un ensayo clínico citado en el artículo comparó su desempeño con el minoxidil, un fármaco de uso tópico aprobado para tratar la alopecia, y aportó datos sobre sus beneficios y límites.
La dermatóloga Shilpi Khetarpal indica en el sitio de la clínica que existe evidencia concreta sobre el potencial del aceite de romero para favorecer el crecimiento capilar en personas con alopecia androgénica.
Sus afirmaciones tienen base en un ensayo clínico de 2015 que comparó este extracto con minoxidil al 2% y evaluó su desempeño durante seis meses.
La investigación evidenció que ambos tratamientos lograron un aumento significativo del número de cabellos en el mes seis.
Las mediciones del mes tres no presentaron avances relevantes. Sin embargo, la frecuencia de picazón resultó mayor entre quienes usaban minoxidil.
Para Khetarpal, estos resultados se alinean con estudios previos de 2010 y 2013 que ya sugerían un posible beneficio del romero en la caída capilar. “Los hallazgos son consistentes, pero todavía necesitamos más investigación para entender a quiénes ayuda y en qué medida”, advierte.
El extracto contiene ácido carnósico, un compuesto con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Cleveland Clinic explica que este componente puede favorecer la reparación de tejidos y mejorar la circulación local. Ese entorno permite que el folículo reciba más nutrientes y produzca cabellos más resistentes.
Khetarpal subraya un punto clave: “La respuesta depende de la causa de la pérdida y del estado del folículo”. Por eso, la institución evita proyectar un resultado uniforme para todas las personas.
Cleveland Clinic identifica efectos puntuales del aceite de romero que cuentan con sustento clínico o con indicios consistentes en estudios preliminares. Estos son:
Khetarpal recomienda pautas claras para incorporar este producto natural en las rutinas de cuidado:
El cabello grueso suele adaptarse mejor al uso de aceites porque su estructura permite que el producto se distribuya sin alterar el volumen. En cambio, el pelo fino puede lucir pesado si se lo aplica con demasiada frecuencia.
Por ese motivo, los especialistas aconsejan regular la periodicidad de uso en función de la densidad capilar y de la producción natural de sebo, de modo que cada tipo de fibra reciba la cantidad adecuada sin saturarse.
Cleveland Clinic aclara que el aceite de romero no es una solución universal ni apta para todas las personas.
La institución advierte que su utilización no se recomienda durante el embarazo o la lactancia, dado que varios productos de extracto puro incluyen advertencias sobre posibles efectos adversos en el feto o riesgo de aborto espontáneo.
Además, los especialistas remarcan que el romero no puede revertir pérdidas capilares de larga evolución ni producir cambios radicales en situaciones donde el folículo lleva años deteriorado.
Khetarpal subraya que el romero ofrece mejores resultados cuando la caída “comenzó recientemente”, porque aún existe actividad en el folículo. La mejora depende de cada paciente y no existe garantía de eficacia universal.

