Muchas veces las grandes aventuras nacen de ideas que, en un primer momento, parecen descabelladas. En ese sentido, la diferencia está en quienes se animan a convertirlas en realidad. Eso fue lo que hizo un grupo de 12 amigos que, en plena pandemia y a través de una reunión virtual, decidió construir su propio motorhome para recorrer el país.
Así nació El Hondo. “Este proyecto comenzó como una broma y quedó. Estábamos en plena pandemia, en un Zoom hablando de la vida, cuando una amiga del grupo tiró: ‘¿Por qué no se compran un colectivo y se dejan de pavear’”, recordó Guillermo Pereyro, uno de los creadores. Al día siguiente, la idea se convirtió en acción. Tenían un conocido que se dedicaba al transporte escolar y, como no podía trabajar por la pandemia, tenía los colectivos parados. No lo dudaron: le compraron uno y se metieron en una locura sin imaginar hasta dónde los llevaría.
En cuanto al grupo,reconocen que haber sido 12 los ayudó desde lo económico. “Como una persona normal ahorra para pagarse un viaje, nosotros ahorramos para en un futuro irnos al viaje y así invertir en el motorhome. Todos los meses separamos la plata y tenemos una cuota fija que vamos pagando”, dijo Sebastián Petre, otro de los emprendedores.
Desde que adquirieron el micro escolar pasaron cuatro meses hasta que lo finalizaron. “Fue un camino de aprendizaje, había cosas que sabíamos poco y otros chicos que la tienen más clara desde la mecánica. Nos capacitábamos a través de YouTube y TikTok para optimizar espacios”, relatan.
Que hayan tardado cuatro meses también se explica por el contexto: era plena pandemia, muchos habían perdido su trabajo y otros simplemente tenían más tiempo libre para dedicarle al proyecto. “Además, era un planazo ir a construirlo”, recuerdan
Con el micro escolar trabajaron mucho los 12, aunque cuando no estaban todos, quedaban nueve. “Yo no sabía ni cómo agarrar un taladro. Al principio nos equivocábamos mucho, pero se aprende un montón, como que nos conviene poner el baño al fondo”, contó Sebastián.
En la primera aventura viajaron nueve de ellos, quienes salieron a la ruta el 1 de enero de 2021, con ganas de despejarse de la pandemia y disfrutar de un motorhome que limitaba el contacto con otras personas.
“El día que dijimos que salíamos me senté al volante y no sabíamos a dónde ir. Fue tanta la vorágine de construir que en ningún momento definimos qué tipo de viaje queríamos hacer. Finalmente, cerramos en ir a la Costa, que está relativamente cerca”, relató otro de los entrepreneur Juan Pablo D’Acunto.
En ese primer viaje hubo imprevistos. Reconocen que “encontraron varios inconvenientes y limitaciones del vehículo, y tuvieron que acortar el viaje. Pero estábamos entre amigos y, más allá de los problemas, lo pasamos muy bien y lo aprovechamos”.
“Estábamos manejando y escuchamos un ´boom´, el bondi se mueve y nos dimos cuenta de que había estallado una cubierta que estaba recapada. Por suerte no pasó nada pero tuvimos que comprar un neumático en San Antonio Este”, relatan y recuerdan que sacaron plata de todos los cajeros del lugar por el límite″. A lo que Guillermo agrega: “Fueron $142.000 que llevé en un tupper”.
Finalizada esa primera travesía se dieron cuenta de que con ese motorhome no iban a poder realizar muchos viajes más por una cuestión mecánica. Sentían desazón, porque presentaba mucho desafío ese colectivo, pero ahora compraron otro, un modelo más preparado para el tipo de viajes que quieren hacer, sumado a la experiencia del primer motorhome.
“Queríamos un colectivo con motor delantero y el escolar lo tenía detrás, queríamos algo con una caja manual en vez de una automática. Entonces compramos uno ahora que era lo que queríamos”, dijo Sebastián.
¿En qué etapa está el segundo motorhome llamado “Hond2″? Está en un 70% de avance para tener un vehículo seguro y esperan poder salir en el verano, declaró D´Acunto. La espina que les quedó del viaje anterior era llegar a la Patagonia, entonces ahora van por una revancha.
Para finalizar, cada uno describió qué significa El Hondo para ellos. Sebastián lo ve como la materialización de la amistad: una excusa para encontrarse, tocar la guitarra, hacer un asado y, sobre todo, viajar juntos. Es, en sus palabras, la excusa perfecta para compartir momentos con amigos.
Guillermo, en cambio, define el proyecto como algo que le permite volver a ser un niño, porque está jugando y aprendiendo todo el tiempo. Y Juan Pablo lo describe como un escape de la rutina: los fines de semana hacen asados, se juntan, comparten, trabajan y aprenden cosas nuevas que les suman.

