Lo que debía ser una jornada de fiesta deportiva y camaradería terminó teñida de violencia, verguenza y escándalo en la final de la tercera división, disputada este sábado entre Sociedad Sportiva Esquinense y El Porvenir. El encuentro, celebrado en la cancha de Sportiva, fue suspendido a pocos minutos del final debido a la inferioridad numérica del equipo visitante, que sufrió la expulsión de cinco jugadores. También se registraron varias expulsiones en el equipo local.
El partido, que ya estaba definido desde la primera mitad con un marcador de 3 a 0 a favor del «Verdiblanco», dirigido por Matías Segovia, quedó en la memoria no solo por el resultado, sino por los graves incidentes ocurridos. El primer gol fue producto de un autogol de El Porvenir, mientras que el delantero Tomás Bogado anotó dos veces, consolidándose como la figura del encuentro.
Lamentablemente, la jornada se vio empañada por un desenlace violento que incluyó golpes de puño entre jugadores y miembros del público, protagonizando escenas bochornosas que desvirtúan el espíritu deportivo. La situación derivó en un cuestionamiento profundo sobre la cultura del deporte y la necesidad de reflexionar acerca de los valores que se promueven en este tipo de competencias.
A pesar de lo ocurrido, hubieron personas intentando poner paño frío a la situación.
Sportiva se consagró campeón de la categoría, cerrando una excelente temporada pero marcada por un final que deja más dudas que celebraciones sobre el camino que debe seguir el fútbol local.