En un hecho histórico para la ciudad, Cristian Esquenón, Matías Romero y Enrique Charles lograron cruzar a nado, sin escalas, el ancho del río Paraná en un tiempo de 45 minutos. La travesía, de aproximadamente 5 kilómetros, se realizó este lunes a la mañana y fue registrada por «Videos Esquina» bajo la dirección de Luis Traverso.
La previa del reto
El desafío fue producto de una preparación tanto física como mental, como explicaron los protagonistas en entrevistas previas. «El entrenamiento mental es lo principal», comentó Esquenón, quien resaltó que vencer el miedo y atreverse a intentarlo es el primer paso hacia cualquier hazaña.
Acompañados por una lancha de apoyo, los tres amigos destacaron la importancia de la seguridad en una travesía de este tipo. “El río Paraná no es fácil, sus corrientes y profundidades lo convierten en un desafío que no cualquiera afronta», mencionó Romero, quien tiene experiencia en natación en aguas abiertas.
El logro
Con el sol de la mañana como testigo, los tres nadadores iniciaron su cruce desde la costa de Esquina, movidos por la motivación de cumplir un sueño largamente planeado. Vestidos con equipamiento básico como gorros, trajes de neoprene y torpedos de seguridad, avanzaron a través de las aguas con determinación.
«El agua estaba ideal y la temperatura perfecta», dijo Romero al finalizar. “La segunda parte del río, donde el canal tira más fuerte, fue la más desafiante, pero la experiencia fue inolvidable. Es algo que le contaré a mis hijos y nietos», agregó.
Reflexiones finales
El éxito no estuvo exento de momentos tensos. Un incidente menor con un torpedo y el cansancio típico de un esfuerzo físico de esta magnitud pusieron a prueba su resistencia. Sin embargo, el espíritu de equipo y el enfoque en el objetivo permitieron superar cualquier obstáculo.
«Esto fue más que una travesía; fue una lección de confianza, trabajo en equipo y amor por nuestra tierra», expresó Esquenón, visiblemente emocionado. «Ojalá inspire a otros a entrenar, disfrutar del río y aventurarse a cumplir sus propios sueños». Recordaron al profesor Oscar Ramírez, donde aprendieron a nadar.
Con esta hazaña, Cristian Esquenón, Matías Romero y Enrique Charles dejaron una marca indeleble en la historia de Esquina, demostrando que con preparación, seguridad y pasión, no hay desafío imposible.