Corrientes en flor todo el año: Un legado en cada estación
Víctor Sánchez Hernández para Vida TV
Corrientes, una de las provincias más emblemáticas de Argentina, tiene un encanto especial que se despliega a lo largo de todo el año: sus ciudades están en flor, vestidas de colores que cambian con cada estación. Este espectáculo natural no es casualidad, sino el resultado de una decisión histórica tomada por el gobernador General Juan Filomeno Velazco.
En su afán por embellecer Corrientes y darle un sello distintivo, Velazco decretó la siembra de diversas especies de árboles como lapachos, chivatos, jacarandaes y tipas. La visión del gobernador era clara: Corrientes debía estar en flor todo el año, cada mes con un color diferente, transformando así las ciudades en un mosaico de tonalidades que marcan el paso del tiempo.
Gracias a este decreto, las calles de Corrientes se visten de manera única. Algunos sectores de las ciudades se cubren de amarillo con la floración de las tipas, otros se tiñen de rosa con los lapachos, mientras que espacios urbanos enteros se encienden de rojo con los chivatos. Esta variedad cromática no solo embellece la provincia, sino que también marca un calendario floral que todos los correntinos conocen y aprecian.
Este fenómeno, conocido como «Corrientes en Flor», nos recuerda que la provincia cambia de traje con cada estación. En primavera, Corrientes se viste de rosa y blanco; en verano, el azul del jacarandá domina la escena; y en otoño, el rojo intenso de los chivatos señala la llegada de tiempos más frescos.
La música y la cultura correntina también se han entrelazado con esta tradición floral. La legendaria interpretación de Ramona Galarza en su canción «Blanca Canción de Amor» evoca imágenes de tardes bajo los naranjales, donde el paisaje se convierte en un poema vegetal lleno de vida y color.
Corrientes, la hermana del Paraná, sigue siendo un símbolo de belleza natural y cultura viva, donde cada mes trae un nuevo florecer, y con él, un nuevo traje que adorna las calles y embellece las siestas de quienes tienen la fortuna de caminar por sus arboledas. Así, Corrientes nos invita a disfrutar de un espectáculo único, donde la naturaleza y la historia se unen para crear un paisaje siempre cambiante y siempre hermoso.