INTERNACIONALES

Putin. Sus servicios de inteligencia y la muerte de Navalny

Desde hace tres años se conoce la participación del gobierno de Putin en la persecución y envenenamiento de opositores dentro y fuera de Rusia.

Así lo consignó el sitio de periodismo de investigación www.elarchivo.com

https://www.elarchivo.com/putin-sus-servicios-inteligencia-y-la-muerte-navalny-n5326346

Nadie puede hacerse el desentendido sobre la tragedia en la que está sumergida la Rusia de Vladimir Putin desde hace años. En medio de su brutal guerra a Ucrania, que realmente empezó en 2014 cuando invadió Crimea, Putin sigue desplegando una criminal represión interna a la que son sometidos aquellos que se oponen a su régimen.

El caso de Alexéi Navalny, quien antes de aparecer muerto en una cárcel en una colonia penal de la cordillera de los Urales, en el círculo polar Ártico hace poco días, se lo intentó asesinar en 2020 a través de un envenenamiento, sirve cómo síntesis para comprender la gravedad de la situación que atraviesa gran parte de la sociedad rusa.

El sitio de periodismo de investigación independiente Bellingcat denunció con pruebas contundentes la responsabilidad del gobierno de Putin en el envenenamiento casi mortal con un agente nervioso al opositor ruso más famoso el 20 de agosto de 2020 Alexéy Nalvany. No tienen dudas: el Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia estuvo implicado en ese hecho.

El informe, publicado ese año, identificó a ocho agentes clandestinos con experiencia en guerra médica y química/biológica que trabajaban bajo la apariencia de del Instituto de Criminalística del FSB que había seguido a Navalny en más de 30 ocasiones desde 2017. Al menos tres de estos agentes se encontraban en las inmediaciones de Navalny cerca del momento de su envenenamiento.

El presidente ruso nunca negó las conclusiones a las que había llegado Bellingcat, que detallaban cómo estos agentes del FSB habían estado siguiendo a Navalny, incluso durante su viaje a Tomsk. Sí hizo lo que Putin hace siempre: dijo que esas denuncias se debían a una supuesta cooperación entre Navalny y “agencias de inteligencia de Estados Unidos”.

Putin también negó que el FSB tuviera algún papel en su envenenamiento y afirmó que “si [el FSB] hubiera querido, habría llevado su trabajo hasta el final”. No explicó por qué un sospechoso necesitaría ser vigilado por oficiales con experiencia médica y en guerra química, ni por qué estos agentes se comunicaron con los principales expertos rusos en toxinas nerviosas en los días y horas previos al envenenamiento de Navalny, como reveló Bellingcat.

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