Para Actualidad esquina.
Prof. José A. Moreyra
Especialista en Historia Regional
Esta nota no pretende caer en el anacronismo, los dos mejores políticos de todos los tiempos, a mi modesto entender, si bien vivieron pasajes históricos distintos, situaciones disímiles, motivaciones y legados diferentes no pudieron dejar de sentir el influjo del poder colosal de un país inestable con divisiones y tensiones entre poder político y principios.
El alejamiento de Argentina y la muerte en Francia del Libertador José de San Martín y del Papa Francisco en el Vaticano, presentan tanto similitudes como diferencias significativas, marcadas por sus contextos históricos, motivaciones y legados. Los argentinos somos sobrepasados por la pasión a favor o en contra y somos fagocitadores de todos aquellos que representen además de grandeza política, valores morales. No supimos retener como país a aquellos destacados que representan los ideales más altos pese a estar separados por dos siglos. Los destinos de San Martín y Francisco son como dos astillas de un gran espejo donde pese a todo se miran, los respetamos u odiamos pero los grandes conciliadores siempre fueron incomprendidos. Los ahuyentamos.
Hay cientos de ejemplos, jóvenes, investigadores, Borges, Cortázar, Piazzola (lo trajo Menem) y los diferentes desplazados de distinta condición social (algunos no pueden irse) y las décadas de Democracia argentina no le ofrecen oportunidades ante políticos y funcionarios ocupados y preocupados en otros temas que no es precisamente el bien común. Hay que recontextualizar los pro y contra de nuestro sistema democrático. Deuda pendiente.
El gran Libertador no quiso bajar en su regreso de Europa por las luchas entre federales y unitarios (fusilamiento de Dorrego) Acicateado por los periódicos de la época por no quedarse a habitar la tierra suya y quitarles las esperanzas. El porteñismo de la mano de Rivdavia hizo lo suyo. Tenían miedo que tome el poder, pero él en sus cartas decía “no quiero mandar, solo quiero tranquilidad en mi alma”. El hecho de pretender proclamarlo cobarde, provocó reacciones y amigos y ex subordinados suyos, consideran a la nota inoportuna e irrespetuosa. El general pidió a los que lo defendían no polemizar, bastaba con lo que ya había dicho”. “Mi sable jamás se desenvainara en guerra civil” dicho ante el Coronel Manuel Olazábal y el Mayor Álvarez Condarco. Se quedó 4 días en el barco y luego un mes en Montevideo regresa. Luego de años fallece en Boulogne Sur Mer.
Francisco no escapó a la grieta,(K, antiK) acusado de apoyar a la Dictadura del Proceso como Obispo, u ocultar guerrilleros, de defender a los k o y luego fue atacado desde diferentes sectores, conservador, zurdo, etc. además de las grandes crisis económicas y sociales que le tocó compartir junto a los más humildes. Su elección lo obligó a alejarse del país y se convirtió en un gran referente en globalización y defensor acérrimo de la tolerancia. Otro incomprendido. Fallece en una gran demostración de austeridad, pedida en vida.
Diferencias: San Martín se fue por desencanto político, exiliándose para no participar en guerras civiles. Como hombre político estaba en su plenitud.
Francisco: dejó Argentina por su elevación al papado, un honor global, no por desilusión. Esta ya entrado en años pero eso no fue un impedimento para su accionar
Actitud hacia Argentina:
San Martín renunció a cargos y privilegios en Argentina y vivió modestamente en Europa siendo consultado por reyes y políticos. Envió su sable Juan Manuel Rosas ante el bloque Anglo francés, Recibía también a políticos latinoamericanos.
Francisco involucrado en asuntos argentinos (aunque evitó intervenciones directas) y recibió a líderes políticos y peregrinos argentinos. Y aún aquellos que lo otrora lo atacaban, se desvivían luego, por una foto con él. Recibió a líderes de todo el mundo.
Contexto histórico:
San Martín vivió en una época de guerras independentistas y conflictos posrevolucionarios.
Frases: “Mi sable jamás se desenvainara en guerra civil”
En carta a Rivera le dice, “hay dos razones para privarme de estar del consuelo de estar en mi patria, la primera no mandar, la segunda la convicción de no poder habitar mi país como particular en tiempos de convulsión, sin mezclarme en divisiones”.
A O’Higgins le dice “mi amigo, la situación de este país es tal que el hombre que lo mande no le queda otra alternativa que someterse a una facción o dejar de ser hombre público. Este último partido es el que opto. Mi presencia lejos de ser de utilidad es embarazosa, objeto de permanentes desconfianzas”. Repatriado en 1880. Treinta años después.
Francisco actúa en un mundo globalizado, con la Iglesia como actor internacional.
Frases, “construir puentes, no muros” y “una iglesia pobre para los pobres”
Argentina es un país que produce genios y luego los ahoga, por burocracia, mezquindad o indiferencia. Y ejemplos sobran. Similitudes y diferencias de algo que debemos repensar, sobre todo en nuestro accionar como ciudadanos de un pueblo muy complejo en cuanto a las apreciaciones sobre nuestros líderes.